de juny 14, 2009

Joe Hill, cantante de protesta



Joe Hill no se llamaba Joe Hill. Su verdadero nombre era Joel Emmanuel Hägglund
Hägglund emigró de Suecia a Estados Unidos en 1902 y afortunadamente allí adoptó el nombre por el que se lo conoció desde entonces y que utilizaremos de ahora en más.
Muchos en este momento se estarán preguntando quién joraca era Joe Hill. Muchos más, en este momento, estarán manteniendo relaciones sexuales, por lo cual es muy probable que hayan apagado la computadora. Ok. Que se jodan todos.
Este sueco devenido en norteamericano era cantante, y músico, y compositor, y poeta. Por ese motivo, y para poder parar la olla, también trabajaba en la construcción, el ferrocarril y en todo lo que le significara ganarse un mango.
Pero además, Joe Hill era un activista sindical y –fundamentalmente- fue el primer cantante de protesta del que se tengan noticias.
Hay que decir que los primeros años del siglo pasado no eran buena época para los cantantes de protesta. La industria discográfica estaba en pañales y la única forma de difundir su mensaje era cantar en asambleas sindicales y en los barrios obreros de los estados unidos.
Muchas veces, Hill tomaba canciones populares e incluía en ellas las consignas. De este modo se lograba que los estribillos fueran memorizados rápidamente por la gente. Algo que hoy en día hacen casi todas las hinchadas del fútbol argentino, con objetivos menos importantes y un léxico más limitado (actualmente se limitan a las palabras aguante, botón y trapos).
Lo cierto es que el tipo empezó a ponerse molesto, organizando huelgas, reclamando mejoras salariales y buenas condiciones laborales y todas esas cosas que le rompen las pelotas a los patrones. Y su actividad no se redujo al territorio de Estados Unidos. Existen documentos que en 1911 lo ubican en México, luchando contra la dictadura de Porfirio Díaz.
Por esto, Joe dejó de conseguir laburo y un buen día es acusado de cometer un crimen en Salt Lake City, con algunas pruebas que muchos consideraron inconsistentes e insuficientes. Como corresponde a un país civilizado, es juzgado y condenado Así funcionan las instituciones, hijo.
Y la condena resultó un poco jodida, aunque el juez, en un acto de humanismo ejemplar, le permitió elegir si prefería ser ahorcado o fusilado. Eligió las balas, que lo agujerearon el 19 de noviembre de 1915.
Una historia redondita. Activista sindical, poeta y cantante, acusado, condenado y ejecutado por un crimen que no cometió. La película se estrenó en 1970 y la dirigió Bo Widerberg -que era sueco.como Joe- y no la pude conseguir por ningún lado.
Al enterarse de su condena, Hills le envió a un compañero de militancia el siguiente mensaje: Muero como un verdadero rebelde. No pierdas el tiempo con el luto. Organiza!
Desde entonces, Joan Baez, Bob Dylan, Serrat, Miguel Cantilo, Atahualpa Yupanqui, Georges Brassens, Jacques Brel y los Quilapayún, entre otros, tienen un santo a quién prenderle una vela. Y nosotros también.


La canción de Earl Robinson y Alfred Hayes, interpretada por Joan Báez



Poema - testamento

¿Mi cuerpo? Ah, si pudiera elegir,
Lo reduciría a cenizas
Y dejaría a las alegres brisas
soplar mi polvo hasta donde algunas flores mustias crecen.
Quizás algunas flores mustias, entonces
vuelvan a la vida y florezcan otra vez.
Esta es mi última y final voluntad.
Buena suerte para ustedes

3 ejemplos de canciones de protesta veráculas

Piero - Para el pueblo lo que es del pueblo



Pedro y Pablo - Marcha de la bronca



Hermética - Cambalache

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