de setembre 08, 2007

EL TIPO QUE SE PARA DETRÁS DEL ENTREVISTADO

Probablemente mi cara le resulte vagamente conocida. Pero no soy un ex compañero de la primaria, o el tipo que esta mañana le cobró la factura del celular. Sin embargo, mientras más me mira, más se convence de haberme visto antes. Y es verdad. Usted me ha visto antes, muchas veces. Usted me ve prácticamente todos los días. Pero no, no trabajo por la zona, ni soy el playero de la estación de servicio donde carga todas las semanas.
Tampoco soy actor ni periodista, pero mi actividad está íntimamente relacionada con ambas profesiones, porque usted, mi estimado, me conoce de la televisión. Yo soy esa persona que aparece detrás del entrevistado. Soy ese que mira constantemente a cámara y pone la cara adecuada a la temática que aborda en ese momento la persona que está siendo reporteada para la tele.
Soy consciente de que en más de una oportunidad usted ha pensado: “Mirá al pelotudo ese… ¿no tendrá que laburar, digo yo?”, pero en la mayoría de los casos no repara en mí, abstraído en lo que dice el personaje que figura en primer plano.
Para la mayoría de las personas, mi actividad puede ser superficial, estúpida, innecesaria, idiota, molesta, enferma, antiestética, imbécil, baladí, boluda… Pero en realidad no logran captar la verdadera razón de ser de una afición que –con el crecimiento cualitativo y cuantitativo de los medios electrónicos- se fue convirtiendo en una de las profesiones más difundidas del mundo, aunque casi nadie lo sepa.
Recuerdo que tenía unos cinco años cuando sentí que mi vida cambiaba para siempre. Estábamos almorzando y –como de costumbre- veíamos “Noticiero 12”, haciendo un silencio casi religioso cuando Tito Bosch comentaba las noticias del día. Entonces, la televisión era en blanco y negro, había sólo tres canales (y todos de aire) y “control remoto” era una expresión que nadie si quiera imaginaba. Con su habitual gesto adusto, Tito (era uno más de la familia, por eso la confianza) dio paso a una entrevista grabada en exteriores. Acto seguido, apareció en pantalla la imagen de un hombre semi calvo, de frondoso bigote, pronunciada barriga y anteojos oscuros con grueso marco de carey. No recuerdo quién era ni de qué hablaba, no me importaba. Mi atención, toda mi atención, en ese momento, se concentró en una desenfocada imagen que se instaló detrás del entrevistado. Se trataba de un hombre de unos 40 años, de cabello lacio, grueso y oscuro, que con un casi imperceptible gesto de afirmación acompañaba las palabras del pelado barrigón. Estaba solo. Creo que la nota estaba filmada en la Plaza San Martín y el morocho estaba solo, a pesar de la gente que iba y venía en el fondo de la imagen. Estaba solo en su afán por completar un cuadro que sin él sería absurdo.
Fue en ese momento que todo se hizo claro para mí. Fue entonces cuando entendí la importancia de El Tipo Que Se Para Detrás Del Entrevistado. “Es un cholulo” podrán decir los indolentes, los que creen que solidaridad es donar un paquete de arroz cuando se produce un maremoto en algún país asiático. Pero estarán equivocados.
El Tipo Que Se Para Detrás Del Entrevistado (ETQSPDDE, en adelante) es la gran apoyatura moral para quien es reporteado para la televisión sin el acompañamiento de las masas. Obviamente que su presencia es innecesaria cuando el personaje es un campeón mundial de boxeo, un cantante romántico o un candidato a diputado con alguna posibilidad. Allí los personajes secundarios sobran, y hasta molestan, porque muchos quieren ganar protagonismo parándose inclusive delante del entrevistado, lo que resulta inaceptable.
No cualquiera puede aspirar a ser ETQSPDDE. Es necesario ser mayor de 25 años, ser más flaco que el entrevistado y, de ser posible, tener la misma altura. Las cejas no deberán ser muy tupidas y hace falta estar afeitado. No podrá llevar anteojos, ni siquiera recetados. Se podrán usar lentes de contacto, pero no de esos que cambian el color de los ojos. Si se es mayor de 60 años, deberá tener canas. No es aceptable la calvicie ni la tintura de pelo. Si es mujer, tendrá que tener más de 40, cabello enrulado (en este caso puede estar teñido de un color parecido al amarillo), busto prominente (aunque no deseable), contextura gruesa, vestido bordó con pequeñas flores blancas y algo de cara de culo.
El buen ETQSPDDE debe realizar una aparición adecuada ante las cámaras. Lo ideal es que ya esté cuando comienza a desarrollarse la nota. En ese caso su cara deberá aparecer por encima del hombro izquierdo del entrevistado. De no ser posible esto, ETQSPDDE deberá aparecer de un modo imperceptible, deberá situarse ante la cámara sutilmente, de forma tal que el televidente no note su aparición.
Existe un elemento que resulta indispensable para ser un buen ETQSPDDE, y es la mirada. No deberá expresar duda alguna, estamos ahí por propia decisión y con total convencimiento. Además, deberá dirigirse directamente a la cámara, sin importar la posición en que ésta se encuentre. En la actualidad, las cámaras de video son más livianas y dúctiles que antaño –entonces permanecían generalmente fijas- lo cual agrega algunas dificultades y varios beneficios. Las dificultades tienen su origen en la oculta guerra que existe entre el camarógrafo y ETQSPDDE. Generalmente, el operador de cámara es un depredador de ETQSPDDE, intenta hacerlo desaparecer de la imagen, cambia de posición, acorta los planos, dificulta nuestro trabajo. Pero esto es un gran aliciente para un ETQSPDDE con iniciativa, lográndose algunos planos memorables, como el que pudo componer uno de mis ídolos, Ricardo Almejeras, en 1993, para un canal regional de España, asistiendo a un ignoto candidato para unas elecciones comunales de un pueblo que pocos años después desapareció por falta de habitantes.
Sintéticamente se puede decir que la actitud de un ETQSPDDE profesional puede visualizarse casi a la perfección en algunas películas de Gardel. Quienes puedan ver los filmes en los que el “Zorzal” canta canciones como “Mi Buenos Aires querido”, “Sus ojos se cerraron” o “Volver”, entre otras, tendrán la oportunidad de apreciar el trabajo de los actores secundarios, que acompañan en silencio el discurso del protagonista. La única diferencia es que nosotros miramos a cámara.
Noto que está apurado, así que no lo distraigo más. Ha sido un gusto conocerlo y poder contarle todo esto. Tal vez, la próxima vez que mire en la televisión una entrevista realizada en exteriores, pueda volver a verme, haciendo mi trabajo, colaborando con el reporteado, y entonces comente “Yo lo conozco a ese tipo. Es un plomo insoportable que un día me hizo perder el ómnibus”.

5 comentaris:

  1. ja ahora voy a prestarle mas atencion a los tqspdde, me acuerdo q hace un tiempo en tvr o algun programa asi encontraron una vieja, mas o menos como la describis vos, q salia en muchisimos reportajes, parandose atras del entrevistado.


    http://orsai.es/2007/09/articulo_numero_ocho_inciso_uno.php

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  2. Yo quiero comentar sobre la propaganda de la LOTERIA, "para ganar...tenés que jugar"....y hacer un poco de trampita!!!!! ARRIBA CHARETTI (como dice mi querido ahijado Fran!!!)

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  3. ah, que significa la pipeta feliz, jem....es, jem....¿la pipeta feliz???!!!!

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  4. De momento, "la pipeta feliz" no tiene ningùn significado en particular. Lo puse provisorio hasta que se me ocurra algo original, divertido e inteligente; cosa que tal vez no ocurra nunca.

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  5. A parte ofrecer pasarte los teléfonos de dos o tres terapeutas de confianza, quiero decirte que me gusta tu iniciativa. Un abrazo.
    (no hay nada mejor que las VIEJAS PERRAS....) PICO.

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